U N A V E Z A N H E L A D O
(UN MISTERIO DE RILEY PAIGE—LIBRO 3)
B L A K E P I E R C E
Blake Pierce
Blake Pierce es el autor de la serie exitosa de misterio de RILEY PAIGE, que incluye los thriller de suspenso y misterio UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1), UNA VEZ TOMADO (Libro #2) y UNA VEZ ANHELADO (Libro #3). Blake Pierce también es el autor de la serie de misterio de MACKENZIE WHITE.
Blake Pierce es un ávido lector y fan de toda la vida de los géneros de misterio y los thriller. A Blake le encanta comunicarse con sus lectores, así que por favor no dudes en visitar su sitio web www.blakepierceauthor.com para saber más y mantenerte en contacto.
Derechos de autor © 2016 por Blake Pierce. Todos los derechos reservados. Excepto según lo permitido bajo la Ley de Derechos de Autor de Estados Unidos de 1976, ninguna parte de esta publicación podrá ser reproducida, distribuida, transmitida en cualquier forma o por cualquier medio, o almacenada en una base de datos o sistema de recuperación, sin el permiso previo del autor. Este libro electrónico está disponible solo para su disfrute personal. Este libro electrónico no puede ser revendido o dado a otras personas. Si te gustaría compartir este libro con otra persona, por favor compra una copia adicional para cada destinatario. Si estás leyendo este libro y no lo compraste, o no fue comprado solo para tu uso, por favor regrésalo y compra tu propia copia. Gracias por respetar el trabajo arduo de este autor. Esta es una obra de ficción. Los nombres, personajes, empresas, organizaciones, lugares, eventos e incidentes son productos de la imaginación del autor o se emplean como ficción. Cualquier parecido con personas reales, vivas o muertas, es totalmente coincidente. Derechos de autor de la imagen de la cubierta son de GongTo, utilizada bajo licencia de Shutterstock.com.
LIBROS ESCRITOS POR BLAKE PIERCE
SERIE DE MISTERIO DE RILEY PAIGE
UNA VEZ DESAPARECIDO (Libro #1)
UNA VEZ TOMADO (Libro #2)
UNA VEZ ANHELADO (Libro #3)
UNA VEZ ATRAÍDO (Libro #4)
SERIE DE MISTERIO DE MACKENZIE WHITE
ANTES QUE ASESINE (Libro #1)
SERIE DE MISTERIO DE AVERY BLACK
UNA RAZÓN PARA MATAR (Libro #1)
CONTENIDO
Janine creyó ver algo oscuro en el agua cerca de la costa. Era grande y negro y parecía moverse un poco en el agua.
Le dio otra fumada a la pipa de marihuana y se la devolvió a su novio. ¿Podría ser un gran pez? ¿O algún otro tipo de criatura?
Janine negó con la cabeza, diciéndose a ella misma que no se dejara abrumar por su imaginación. Asustarse arruinaría el efecto de la droga. El lago Nimbo era un gran embalse artificial equipado para la pesca igual a muchos otros lagos de Arizona. Nadie había reportado la existencia de monstruos por estos lados.
Oyó a Colby decir: “Guau, ¡el lago está en llamas!”.
Janine se volvió para mirar a su novio. Su cara pecosa y pelo rojo brillaban en la luz del sol por la tarde. Acababa de darle otra fumada a la pipa de marihuana y estaba mirando el agua con asombro.
Janine se rio. “Solo estás drogado, hombre”, dijo. “En todos los sentidos”.
“Sí, y el lago está en llamas”, dijo Colby.
Janine se volvió y observó el lago Nimbo. Aunque aún no estaba tan droga, la vista era impresionante. El sol de la tarde encendió la pared del cañón, volviéndola un conglomerado de rojos y amarillos. El agua reflejaba los colores como si fuera un gran espejo.
Tomó la pipa de nuevo e inhaló profundamente, sintiendo la agradable quemadura en su garganta. Estaría bastante drogada en cualquier momento. Sería muy divertido.
Aún así, ¿qué era esa forma negra bajo el agua?
“Es solo un efecto de la luz”, pensó Janine.
Era mejor ignorarlo y no asustarse por eso. Todo lo demás era tan perfecto. Este era el lugar favorito de Colby y de ella. Era demasiado hermoso, estaba metido en una de las caletas del lago. Quedaba lejos de los campamentos, lejos de todo.
Colby y Janine generalmente venían todos los fines de semana, pero hoy simplemente habían faltado a clases. El tiempo de finales de verano era demasiado sabroso como para dejarlo pasar. Aquí había más fresco que en Phoenix. El carro viejo de Colby estaba estacionado justo al lado del camino de tierra detrás de ellos.
Por fin se empezó a sentir drogada mientras miraba el lago. El lago parecía ser casi demasiado hermoso como para mirarlo. Así que miró a Colby. Él le pareció demasiado hermoso también. Se aferró a él y comenzó a besarlo. Él le devolvió sus besos. Sabía demasiado bien. Todo de él se veía y se sentía fabuloso.
Ella terminó el beso y lo miró a los ojos y dijo: “Nimbo significa halo, ¿sabías eso?”.
“Guau”, dijo. “Guau”.
Pareciera como si eso fuera la cosa más asombrosa que jamás había escuchado en su vida. Se veía demasiado chistoso diciendo eso como si fuera algo religioso. Janine se comenzó a reír, y Colby se rio también. En unos segundos estaban en los brazos del otro de nuevo, toqueteándose.
Janine logró zafarse.
“¿Qué pasa?”, preguntó Colby.
“Nada”, respondió Janine.
Se quitó su blusa de cuello halter en un abrir y cerrar de ojos. Los ojos de Colby se abrieron.
“¿Qué estás haciendo?”, preguntó.
“¿Qué crees que estoy haciendo?”.
Ella comenzó a tirar de su camiseta, tratando de quitársela.
“Espera un minuto”, dijo Colby. “¿Aquí?”.
“¿Por qué no? Es mejor que el asiento trasero de tu carro. Nadie está viéndonos”.
“Pero tal vez un barco...”.
Janine se echó a reír. “¿Y qué? ¿A quién le importa si hay un barco?”.
Colby estaba cooperando ahora, ayudándola a quitarle su camiseta. Estaban torpes de la emoción, haciendo todo aún más excitante. Janine no podía imaginar por qué no habían hecho esto aquí antes. No es como si esta fuera la primera vez que habían fumado marihuana aquí.
Pero Janine no podía sacarse la forma negra del agua de su mente. Era algo, y seguiría inquietándola y arruinando todo si no se enteraba de lo que era.
Se puso de pie, respirando fuertemente.
“Vamos”, dijo. “Echémosle un vistazo a algo”.
“¿A qué?”, preguntó Colby.
“No sé. Vamos”.
Ella tomó la mano de Colby y dieron tumbos ladera abajo hacia la orilla. El mareo de Janine se estaba tornando amargo. Odiaba cuando pasaba eso. Entre más pronto descubriera que todo esto era inofensivo, más pronto podría volver a sentirse bien.
Aún así, estaba empezando a desear que la marihuana no la hubiese afectado tan rápidamente.
Entre más se acercaban, más podía ver el objeto. Era de plástico negro y podía ver algunas de las burbujas que creaba en el agua. Y había algo pequeño y blanco justo a su lado.
Janine pudo ver que se trataba de una gran bolsa de basura negra a lo que estaba a un metro del agua. Estaba abierta de un lado, de allí se asomaba la forma de una mano demasiado pálida.
“Un maniquí, tal vez”, pensó Janine.
Se inclinó hacia el agua para verla más de cerca. Las uñas estaban pintadas de un rojo brillante que contrarrestaba la palidez. Janine sintió una corriente eléctrica sacudir todo su cuerpo cuando por fin comprendió lo que estaba viendo.
La mano era real. Era la mano de una mujer. La bolsa contenía un cadáver.
Janine comenzó a gritar. Oyó a Colby gritar también.
Y sabía que no podrían dejar de gritar por un largo rato.
Riley sabía que las diapositivas que estaba a punto de mostrarles a sus alumnos de la Academia de la FBI los conmocionaría. Algunos de ellos probablemente desviarían la mirada. Analizó los rostros jóvenes y ansiosos que la miraban desde sus pupitres.
“Vamos a ver cómo reaccionan”, pensó. “Esto podría ser importante para ellos”.
Riley sabía que los asesinatos en serie eran los menos comunes de toda la gama de delitos. Aún así, estos jóvenes tenían que aprender todo lo que había que aprender. Aspiraban ser agentes de campo del FBI y pronto descubrirían que la mayoría de los funcionarios locales no tenían experiencia en casos de asesinatos en serie. Y la agente especial Riley Paige era una experta en asesinatos en serie.
Hizo clic en el control remoto. Las primeras imágenes que aparecieron en la pantalla grande no eran nada violentas. Eran cinco carboncillos de mujeres jóvenes y mujeres de mediana edad. Todas las mujeres eran atractivas y sonreían. Se veía que el artista que los había dibujado era muy talentoso.
“Estos cinco dibujos fueron creados hace ocho años por un artista llamado Derrick Caldwell”, dijo Riley mientras pasaba las diapositivas. “Todos los veranos se ganaba un montón de dinero haciendo retratos de turistas en la pasarela Dunes Beach aquí en Virginia. Estas mujeres fueron unas de sus últimas clientas”.
Después del último de los cinco retratos, Riley hizo clic de nuevo. La siguiente fotografía era una imagen horrible de un congelador horizontal lleno de partes femeninas descuartizadas. Oyó sus estudiantes jadear.
“Esto es lo que les pasó a esas mujeres”, dijo Riley. “Mientras que Derrick las dibujaba, se convenció, en sus propias palabras, que 'eran demasiado hermosas como para vivir'. Así que las acechó una por una, las mató, las descuartizó y las guardó en su congelador”.
Riley hizo clic en nuevo, y las siguientes imágenes fueron aún más impactantes. Eran fotografías tomadas por el equipo del médico forense después de haber armado los cuerpos de nuevo.
“Caldwell revolvió tanto las partes de sus cuerpos que las mujeres fueron deshumanizadas más allá del reconocimiento”.
Riley se volteó para mirar a sus estudiantes. Un estudiante varón estaba corriendo hacia la salida, agarrándose el estómago. Otros parecían estar a punto de vomitar. Algunos estaban llorando. Solo algunos parecían no estar perturbados.
Paradójicamente, Riley se sentía bastante segura que los estudiantes calmados serían los que no sobrevivirían el entrenamiento de la academia. Para ellos, solo eran fotos, nada era real. No serían capaces de manejar el verdadero horror cuando tuvieran que experimentarlo en persona. No serían capaces de manejar los efectos que tendría en sus vidas personales ni el estrés postraumático que podrían sufrir. Riley veía imágenes de antorchas en su mente a veces, pero su TEPT estaba disminuyendo. Estaba sanando. Pero estaba segura que todas las personas tenían que sentir las cosas primero antes de poder recuperarse de ellas.
“Y ahora”, dijo Riley, “haré unas declaraciones y ustedes me dirán si son mitos o realidades. Aquí les va la primera. 'La mayoría de los asesinos en serie matan por razones sexuales'. ¿Mito o realidad?”.
Muchos estudiantes levantaron las manos. Riley señaló a un estudiante en la primera fila que se veía ansioso.
“¿Realidad?”, preguntó el estudiante.
“Sí, realidad”, dijo Riley. “Aunque pueden haber otras razones, el componente sexual es la más frecuente. Esto puede adoptar varias formas, a veces unas bastante extrañas. Derrick Caldwell es un ejemplo clásico. El médico forense determinó que cometió actos de necrofilia antes de descuartizar a las víctimas”.
Riley vio que la mayoría de sus estudiantes estaban tecleando notas en sus portátiles. “Aquí les va otra declaración. “Los asesinos en serie infligen más violencia a sus víctimas a medida que siguen matando”.
Los estudiantes volvieron a subir las manos. Esta vez Riley señaló al estudiante que estaba sentado unas filas atrás.
“¿Realidad?”, dijo el estudiante.
“Mito”, dijo Riley. “Aunque ciertamente he visto algunas excepciones, la mayoría de los casos no muestran ningún cambio con el tiempo. El nivel de violencia de Derrick Caldwell fue consistente en sus asesinatos. Pero era imprudente, no era ningún genio malvado. Se volvió codicioso. Tomaba a una víctima cada mes y medio. Hizo que su captura fuera casi inevitable por llamar tanta atención”.
Miró el reloj y vio que su clase estaba a punto de terminar.
“Eso es todo por hoy”, dijo. “Pero hay muchas hipótesis erróneas sobre los asesinos en serie y un montón de mitos aún circulan por allí. La Unidad de Análisis de Conducta ha recopilado y analizado los datos, y he trabajado en casos de asesinatos en serie en todo el país. Todavía nos falta mucha información por cubrir”.
La clase terminó y Riley comenzó a empacar sus cosas para irse a casa. Tres o cuatro estudiantes se agruparon alrededor de su escritorio para hacerle preguntas.
“Agente Paige, ¿no estuvo involucrada en el caso de Derrick Caldwell?”, le preguntó un alumno.
“Sí”, dijo Riley. “Esa es una historia para otra ocasión”.
No le animaba mucho el hecho de pensar en tener que contar esa historia, pero se guardó ese detalle.
Una joven le preguntó: “¿Caldwell fue ejecutado por sus crímenes?”.
“Todavía no ha sido ejecutado”, dijo Riley.
Riley intentó escabullirse a la salida, esperando que eso no la hiciera parecer grosera. No se sentía cómoda discutiendo la ejecución inminente de Caldwell. La verdad es que probablemente sería programada para un día de estos. Como su captor principal, estaba más que invitada para presenciar su muerte. No había decidido aún si iría o no.
Riley se sintió bien a lo que salió del edificio a una tarde agradable de septiembre. Después de todo, todavía estaba de licencia.
Sufría de TEPT desde que un asesino maniático la había mantenido en cautiverio. Logró escapar y acabar con su atormentador. Pero ni siquiera había tomado una licencia en ese entonces. Siguió trabajando y hasta terminó otro caso. El caso que tuvo lugar al norte del estado de Nueva York tuvo un final macabro, el asesino se degolló enfrente de ella.
Ese momento aún la atormentaba. Cuando su supervisor Brent Meredith le informó de otro caso, decidió no tomarlo. Accedió a enseñar una clase en la academia del FBI en Quántico en su lugar por sugerencia de Meredith.
Riley pensó en lo acertada de su decisión mientras conducía a casa. Finalmente sentía que la paz reinaba en su vida.
Aún así, comenzó a sentir una sensación familiar e insidiosa en ese momento, una sensación que hacía que su corazón latiera con fuerza. Se dio cuenta que era una sensación intensa de anticipación, de algo siniestro que estaba por venir.
Y aunque intentó imaginarse a sí misma en esta paz por siempre, sabía que no duraría.
Riley sintió una punzada de temor a lo que su celular comenzó a vibrar en su cartera. Se detuvo en frente de la puerta principal de su nueva casa adosada y sacó su celular. Su corazón dio un vuelco.
Era un mensaje de Brent Meredith.
Llámame.
Riley se preocupó. Quizás su jefe le estaba escribiendo solo para ver cómo estaba. Ya se había vuelto algo habitual en él últimamente. Por otro lado, quizás quería que volviera al trabajo. ¿Qué haría ella si eso fuera así?
“Le diré que no, obviamente”, pensó Riley.
Sin embargo, eso era más fácil decirlo que hacerlo. Su jefe le agradaba, y sabía que podía ser muy persuasivo. Era una decisión que no quería tener que tomar, así que guardó su celular.
На этой странице вы можете прочитать онлайн книгу «Una Vez Anhelado», автора Блейка Пирс. Данная книга имеет возрастное ограничение 16+, относится к жанрам: «Триллеры», «Современные детективы». Произведение затрагивает такие темы, как «расследование убийств», «психологические триллеры». Книга «Una Vez Anhelado» была издана в 2019 году. Приятного чтения!
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